
«Argentina ya alcanzó su nivel de identificación de terruño». Lo sostiene Manuel Louzada, un experimentado portugués, que vive en España y conoce a fondo la viticultura de nuestro país. Desde la Bodega Achaval-Ferrer alaba el Malbec. La empresa comienza con una inversión de casi u$s 9 millones para la ampliación de su establecimiento. Manuel destaca que aprendió mucho de las crisis.